
Vocación
Frecuentaba la Iglesia de San Francisco. Tenía 16 años de edad, y grandes anhelos de servir al Señor de modo más Perfecto. Para realizar esos Anhelos pensaba que el mejor medio era Consagrarse a Dios como Terciaria Franciscana, hallando en la regla de la Tercera Orden un camino seguro para llegar a estos sueños.
Dios la iba preparando para confiarle una delicada misión. La quería desprendida de todas las cosas de la tierra, con un corazón libre para los amores sublimes.